Desmontando los 7 mitos de la dieta BARF

Si estás planteándote mejorar la salud de tu perro o tu gato mediante la alimentación y has leído acerca de la dieta BARF, probablemente alguien te ha dicho alguna de estas frases: “si comen carne se vuelven agresivos”, “la carne cruda es peligrosa porque tiene bacterias que matarán a tu perro/gato”, “los huesos de pollo se astillan, le producirán una perforación”, entre otras barbaridades.

Desmontando los 7 mitos de la dieta BARF

Esto ha podido crear un sentimiento de miedo e inseguridad en ti por no saber si son ciertas o no. En este artículo vamos a desmitificar las más habituales para ayudarte a que ese miedo desaparezca y te adentres en el mundo de la alimentación natural.

MITO 1: ¿Se vuelven agresivos los perros si comen carne cruda?

Este es probablemente el más extendido sobre el BARF.

Tanto los perros como los gatos son carnívoros, los primero facultativos y los segundos estrictos, por lo que están fisiológica y anatómicamente diseñados para digerir carne cruda. Ni la carne, ni la sangre, ni los huesos, ni las vísceras tienen ningún componente que sea capaz de modificar la conducta de un animal.

La razón más probable por la que apareció este mito es la confusión con un animal que presentaba un problema conductual denominado “protección de recursos”.

Cuando un animal consigue algo que considera valioso a veces es capaz de ponerse agresivo para defenderlo. Pero la protección de recursos no va ligada a la dieta, perros que consumen pienso (balanceado) también presentan este problema. Pero ante todo es un problema que se puede resolver junto con tu veterinario etólogo.

Por otro lado, también sería destacable reseñar que existen problemas de conducta que mejoran cuando se introduce la dieta natural en el perro. Por no hablar de los numerosos beneficios a nivel de salud en general. Por lo que decir que la carne vuelve agresivos a los carnívoros no tiene ningún sentido.

MITO 2: “La carne cruda es peligrosa porque tiene bacterias”

La carne cruda para consumo humano pasa muchísimos controles sanitarios desde la granja, pasando por el matadero hasta llegar al producto final para que sean alimentos seguros para las personas. Si alimentas a tu amigo de cuatro patas con carne de consumo humano (sobre todo si vives en la Unión Europea, donde los controles son realmente estrictos) la probabilidad de que haya un agente patógeno es muy baja. La carne no es estéril, pero no todas las bacterias son dañinas, y si sigues unas buenas medidas de higiene (congelación, carne de calidad, buena transición a BARF) no tienes por qué tener problemas. 

Por otro lado, los carnívoros que comen crudo tienen un pH estomacal realmente ácido (cercano a 1) por lo que eliminará cualquier bacteria que esté presente en el alimento, y que es en definitiva la primera y más importante barrera defensiva que tienen nuestros perros y gatos, ya que lo natural para un carnívoro es comer carne sin cocinar. 

MITO 3: “Los huesos de pollo se astillan”

Este mito es probablemente el que más he escuchado con diferencia, y no me extraña porque es algo que a los veterinarios se nos repite muchísimas veces.

La realidad es que los huesos crudos carnosos (es decir, rodeados de carne) no se astillan. Ni los de pollo, ni los de conejo, ni los cerdo, ni ninguno.
Si sometemos a los huesos a un proceso de cocinado y pierden toda el agua que contienen (además de que la carne de alrededor se desprende y ya no está pegada a ellos) es cuando se astillan. 

Pero en la dieta BARF, ni en ninguna dieta natural, no se dan huesos cocinados. Si decidimos optar por una dieta cocinada, se eliminan los huesos y se suplementarán. 

Los huesos carnosos son beneficiosos. El hueso contiene todos los minerales esenciales que necesita nuestro carnívoro en las proporciones perfectas.
Los perros y gatos que consumen estos huesos rodeados de carme no necesitan suplementación mineral. Además, son necesarios para una correcta salud buco-dental, pues ayudan a limpiar los dientes y a que no se deposite el sarro en ellos.

Y es que la higiene dental no solo es importante a nivel de la boca y los dientes, la enfermedad periodontal predispone a otras enfermedades graves como la pericarditis o endocarditis (las bacterias de la placa acaban infectando la encía, luego el hueso y de ahí llegan al torrente sanguíneo donde se diseminan).

MITO 4:  ¿Es cara la dieta BARF?

La realidad es que llevar a cabo una dieta BARF es igual o incluso más barato que dar un pienso de calidad. 

Si lo comparamos con dar un pienso con pésimos ingredientes, por supuesto que es más caro, porque es obvio que es más caro alimentar con carne que alimentar con cereales. 

Una vez tengas localizadas las ofertas de supermercados, tiendas de barrio y carnicerías, es probable que la dieta te salga por un precio más bajo del que tú en un principio pensabas.

 El precio dependerá del tamaño de tu perro o tu gato, de la variedad que quieras dar y de la introducción o no de carnes exóticas en su dieta. 

Sin duda es algo modulable, donde eres tú quien escoge los ingredientes.

MITO 5: “Para hacer una dieta BARF se necesitan amplios conocimientos de nutrición”

Otra de las grandes mentiras que nos hacen creer para que tengamos miedo de crear carencias y no dejemos nunca la comodidad del pienso. 

¿Pero es esto cierto? La verdad es que no. 

Hoy en día es fácil que accedas a información de calidad que te ayude a comprender las bases de una dieta BARF en un perro/gato sano. De la misma forma que aprendemos las personas a alimentarnos sin hacer grandes cálculos, sin comer diariamente el total de los nutrientes que necesitamos, porque el balance se consigue a lo largo del tiempo, lo mismo ocurre con los perros y los gatos. 

Desde la industria nos hacen creer que si un animal no come todos los días todos los nutrientes necesarios, se creará una carencia en un momento. No es así. Solo tienes que pensar en cómo comes tú. ¿Ingieres todos los días los miligramos necesarios de vitamina A? ¿Y los de calcio? Todo esto lo consigues de manera natural, a lo largo del tiempo. Y en caso de que no dispongas de tiempo para aprender lo básico, puedes escribirme y te guiaré en el proceso. 

De hecho, cuando hay una patología es necesario que alguien te guíe, puesto que al igual que en las personas, necesitas un profesional que sepa modificar la dieta según las necesidades.

MITO 6: “Para hacer una dieta BARF necesitas mucho tiempo”

Cuando decides empezar a ofrecer dieta BARF el tiempo que le tienes que dedicar a la alimentación de tu peludo es superior, esto es un hecho.

Si vienes de ofrecer pienso, prácticamente el tiempo que le dedicas a la alimentación es de 1-3 minutos, lo que te cuesta abrir el saco y echar la cantidad indicada en el bol. Pero incluso haciéndola casera, con una buena organización, con un par de horas semanales, o una tarde al mes, puedes preparar las raciones de todo el mes sin problema.

Luego solo es descongelar y servir.  Si no dispones de este tiempo también existe una amplia variedad comercial que te envían a casa, y que solo será  descongelar y servir.

MITO 7: “La dieta BARF tiene mucha proteína y daña los riñones”

Es un mito muy extendido que mucha proteína daña los riñones. Pero lo cierto es que los carnívoros son capaces de consumir grandes cantidades de proteína, ya que sus fuentes energéticas de elección son la grasa y la proteína (y no los carbohidratos como nos quieren hacer creer). La realidad es que no existe evidencia científica sólida que asocie gran cantidad de proteína y daño renal.

En colaboración con Cristina Soriano

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